miércoles, 5 de julio de 2017

El caparazón del cómic



Desde hace unos días para acá, he entrado en una crisis existencial que a veces creo es un tanto absurda. En este momento resuenan por mi mente varias preguntas como:

¿Qué estoy haciendo por el cómic en México? ¿En verdad merezco el derecho de hablar en una entrevista o subirme a dar mi punto de vista en una conferencia? ¿Mi trabajo es lo suficientemente maduro para verlo  publicado por una editorial grande?

Como se darán cuenta, dichos cuestionamientos no hacen más que reflejar la enorme inseguridad que tengo en lo que respecta a mi trabajo y he decidido recapitular sobre algunos temas y por qué no, desahogarme un poco a través de este texto.

En los 4 años que llevo dedicándome al cómic he sacado varias ediciones independientes, pero ninguna de ellas pasa de ser un mero intento o experimento. Mi narrativa es medianamente aceptable, mi habilidad en el dibujo es bastante simple y mis historias no llevan a ningún lado. Me siento como una tortuga que camina sin un rumbo fijo y que cada vez se tarda más es terminar un proyecto.

Seguramente no soy el único que al ver las biografías de sus autores favoritos fantasea con tener algún día un bestseller, una mansión, una familia o un auto bonito y entonces poder vivir tranquilo haciendo lo que uno disfruta. Pero la triste realidad es que eso sólo le pasa a muy pocas personas y peor aún, en lugares como Europa o Estados Unidos. Ese sueño en México es muy difícil de alcanzar, si no es que casi imposible. El vivir sólo, me ha enseñado la importancia de tener un ingreso económico constante, que mínimo, alcance para la renta, los servicios, la comida y el cuidado personal. Y es aquí donde la tortuga se hace de un caparazón cada vez más grueso y pesado.

La mayoría de los autores de cómic independiente en México carga con este caparazón de maneras muy similares. Por ejemplo: En el día, uno se mata en un trabajo Godínez para poder pagar las cuentas y en el tiempo libre a dibujar y emprender un proyecto independiente, si tiene suerte quizá le toque acceder a un apoyo como el de FONCA, pero esto no aplica en muchos casos. Este proceso se repite hasta que uno junta la cantidad de dinero o likes suficientes, para poder financiar la impresión de un cómic, después lo distribuye personalmente en Internet, eventos de especializados y ferias del libro. Hasta aquí se ha probado que el modelo funciona, y la gran mayoría de los autores nacionales lo han hecho así. El problema es que no nos damos cuenta que seguimos cargando con un caparazón muy pesado y peor aún, parecido al de Bowser.

Se han puesto en la mesa varias razones sobre el “fracaso de la narrativa gráfica mexicana”, cosas como la falta de escritores, editores y distribuidores (dibujantes no porque parece que de esos hay muchos). Pero yo no creo que haga falta ninguno de esos personajes, lo que hace falta, es la confianza en el prójimo para crear movimientos en conjunto, y unirnos realmente como un gremio y ver nuestro trabajo como un negocio, que tiene que rendir frutos suficientes para vivir dignamente.  Con esto no me refiero sólo a llevarnos bien y dejar de lado las envidias que en el pasado le hicieron tanto daño al cómic nacional, ese tema ya no debería de pasar siquiera por enfrente. Me refiero a crear redes de producción, distribución y promoción. Las piezas ya están ahí, la mayoría de los autores tienen un impresor con quien se llevan bien y les trabaja de manera constante, la mayoría de los autores distribuyen sin ningún problema en sus respectivas regiones, la mayoría de los autores rebasan la barrera de los 3000 seguidores en redes sociales. Lo que hace falta es la unión entre todos. Pero creo que ese no es un problema del mexicano en general. Desconfiamos de las organizaciones, de los sindicatos, de las empresas y del gobierno. Y creo que ese, es el verdadero problema de la narrativa gráfica mexicana.

Actualmente me he enfocado menos en la producción de narrativa y más en preocuparme de qué nos depara el futuro, y quizá esa es la raíz de mi crisis existencial. Ya no soy el adolescente con sed de fama, ahora me veo más como un adulto con necesidad de estabilidad y peor para mí, con la fantasía de ver al cómic mexicano como un referente latinoamericano.

El camino es largo y no veo un destino claro, pero por ahora, me estoy acostumbrando a la carga y mi objetivo que las nuevas generaciones la tengan más ligera y así formar parte de los múltiples peldaños que en un futuro, permitan que aquella obra, referente de la narrativa gráfica latinoamericana, sobresalga en el panorama mundial. Ese día quizá, me permita dejar atrás este caparazón.



miércoles, 13 de enero de 2016

Consejos sobre ilustración y cómic

Empezaré a utilizar este blog para compartir algunas recomendaciones y consejos sobre ilustración y cómic así que si tienen alguna duda o quieren que comparta algo en este espacio es bienvenido y pues por el momento los dejo con una foto de mi espacio de trabajo. / Felices trazos.